fbpx

Ser mamá te cambia la vida por completo

En este Post Lupita nos comparte como ser mamá te cambia la vida por completo y todos esos cambios que vienen cuando estas embarazada y nace tu bebé.

maternidad
Te presento a Lupita y a Diego!

Su Historia

Esta frase, se ha vuelto un cliché, y es que efectivamente al hablar de maternidad pensamos en que como mujer tu cuerpo cambia.

Tienes cambios hormonales, tienes cambios físicos, pasas por un proceso de transformación.

El amor inmenso que te da al ver a tu bebé por primera vez te convierte en madre y protectora de un nuevo ser.

Pero poco se habla del verdadero cambio qué pasa en ti.

Y es justo de eso de lo que yo hoy quiero hablar, del cambio de pensamiento, de planes, de sueños y de realidades que la maternidad trae consigo.

Antes de ser mamá, ya me imaginaba con un hijo, ya me veía siendo mamá de un varón, con travesuras y con muchas historias.

Pero me veía haciendo lo que en ese momento me gustaba y me apasionaba, con mi hijo a un lado.

Y entonces un día supe que estaba embarazada, el revuelo de emociones me invadieron.

maternidad
Muchas sabemos lo mucho que cambiaran nuestras vidas al convertirnos en madres…

Sentí miedo, sentí alegría, incertidumbre, emoción, más miedo y mas alegría.

Estaba embarazada, el sueño que tuve por mucho tiempo se hacía realidad! pero ¿Cómo ahora así, me estaba convirtiendo en mamá?

Sin haberlo planeado, sin esperarlo y tras haberlo deseado mucho, me dije: “mmm bien listo, seamos mamá”, y así pasaron los 3 primeros meses.

Sin ascos, sin mareos, sintiéndome bien, permitiéndome trabajar como regularmente venía haciéndolo.

El segundo trimestre todo bien, ya comprando las primeras cosas para mi bebé, ahora sabía que iba a ser un niño.

En el tercer trimestre la panza crecía y crecía, pero yo seguía sin malestares, de no ser que tenía más hambre de lo habitual y quería dormir más que de costumbre.

Mi vida seguía igual, en el cuatro y último trimestre de embarazo, el primer mes sin ningún inconveniente, planeando y checando fechas de incapacidades.

Pensando en que iba a intentar un parto normal, que iba a alargar la fecha de mi salida laboral, para que cuando mi bebé naciera, entonces pudiera “gozar” de más tiempo junto a él antes de volver al trabajo.

Porque por supuesto que una vez terminado este periodo yo volvería a mi vida regular y mi hijo iría a una guardería, la mejor que pudiera encontrar.

maternidad
Algunas incluso vemos como han cambiado al estar embarazadas…

Durante el octavo mes de embarazo, fui a consulta con el médico del seguro social y me dice que es conveniente dejar de trabajar la siguiente semana.

Para tener tiempo de preparar todo para el parto, le dije: “mmm, si gracias lo voy a pensar”, pero preferiría esperar 2 semanas más.

Dicen por ahí que le cuentes tus planes a Dios y él se encargará de deshacerlos.

El Sábado por la mañana de esa misma semana, arrojé el tapón mucoso, y empecé a sentir contracciones, llame a mi ginecóloga y me dijo “que aún está pequeño el bebé que lo mejor es intentar detener el proceso de parto”.

Me indica reposo absoluto, incapacidad por maternidad a partir de ahora, y fue justo a partir de ese momento que realmente “mi vida cambió”.

De la noche a la mañana deje de trabajar, para quedarme en casa y cuidar de mi bebé.

Logramos retrasar 2 semanas el parto, todavía seguía intentando trabajar desde casa aunque resultaba muy difícil, pues la maternidad me llamaba.

maternidad
Pero solo entonces al tener a nuestros hijos con nosotros todo lo que nos imaginábamos se hace real!

Quise pasar tiempo preparando el nido para mi bebé, llegamos a la semana 36, y ya no debía seguir tomando medicamento para retrasar el parto.

Confiamos en que con lo que tome se retrasara unas semanas más, sin embargo, 24 horas después nuevamente inicie en trabajo de parto.

27 horas y 21 minutos después tengo a mi bebé en brazos, fuerte, sano y pequeño… ahora si ¡Ya soy mamá! 

maternidad
Hay cambios que vienen sin avisar y que ni si quiera nos esperábamos…

No entendía y no alcanzaba a ver lo que esto significaba y no fue hasta que estuve en casa con un pequeño ser que dependía de mi al 100%.

De ahora en adelante para sobrevivir.

Fue cuando me enfrenté a lo difícil de la lactancia, a la recuperación de mi cuerpo después de un trabajo de parto muy largo que terminó en cesárea, al miedo y la incertidumbre que jamás había sentido hasta ese momento.

A pensar, si había tomado las decisiones correctas, enfrentándome a un bebé prematuro que no despertaba para comer y que 11 días después de nacido tuvieron que internarlo por ictericia.

A que se me infectara la herida de la cesárea después de 3 días en el hospital con mi bebé, y muchas cosas más.

Pasaron los días y las noches, fui aprendiendo a confiar en mi, a escuchar mi instinto, escuchando y aprendiendo de otras mamás.

Hasta que llegó el día en que mi “receso laboral” se terminaba.

Mi bebé tenía 4 meses y de acuerdo a mis planes, estaba listo para ir a una guardería y yo a seguir mi vida profesional con mis jornadas laborales de a veces hasta 12 horas.

Lo que nos gustaba hacer, nos deja de gustar, lo que creímos importante deja de serlo…

Ja,ja,ja… me dijo la vida…. trabajé de ahí hasta que mi hijo cumplió un año, me aferre a darle lactancia materna exclusiva.

Así que iba por la vida con mi extractor, hielera, frascos o bolsas para recolectar leche.

Igualmente a usar pañales ecológicos, a portearlo cada vez que pudiera estar con él.

Fue el año laboral más difícil de toda mi vida, como lo dije al principio de este texto “mi vida cambio para siempre”.

Dejé de disfrutar y rendir en mi trabajo, mi mente siempre estaba en otro lado, al dejar a mi bebé en la guardería lloraba un día si y otro también.

Me sentía culpable, me sentía sola (mis papás fueron de gran ayuda en esta etapa).

Al mismo tiempo que sentía que tenía que ser fuerte y demostrar que si podía con todo.

Hasta que me di cuenta de que ya no estaba bien, de que mis prioridades habían cambiado.

Que ya no quería trabajar, que ya no disfrutaba mi trabajo que el único lugar donde quería estar era con mi bebé.

Nuestras prioridades simplemente son otras, y llego un momento en que comenzamos a cuestionarnos muchas cosas…

Al mes de haber cumplido su primer año, deje de trabajar, decidí quedarme en casa con él y recuperar el “tiempo perdido”.

Fue ahí en ese año cuando me involucré, investigué, me uní a grupos y páginas en redes sociales de mamás que estaban pasando por lo mismo.

Me sentí acompañada y empoderada, tomé cursos para certificarme cómo asesora de lactancia, aprendí más sobre el porteo, crianza respetuosa, tipos de pedagogías.

Y miles de cosas más relacionadas con la maternidad, abrí mis páginas en redes sociales para acompañar, compartir y convivir con otras mujeres en la misma etapa que yo.

Y entonces si, mi vida había cambiado para siempre, un año después ingresé a un nuevo trabajo (que no disfruto) con un horario mucho más cómodo.

Que coincide con vacaciones y feriados de mi hijo en escuela, y que me permite pasar y dedicarle tiempo a él.

Afortunada o desafortunadamente, a los dos meses de haber ingresado, dio inicio la pandemia y al día de hoy sigo aquí disfrutando ser mamá.

Como el querer ser mamá de tiempo completo o si nuestro actual trabajo se acopla a nuestras necesidades, la maternidad en realidad cambia por completo nuestras vidas.

Dedicándome a mi hijo, aprendiendo todo el tiempo lo que sea que me sirva para su crecimiento y desarrollo.

Y ¿qué pasó conmigo? Pues me perdí en el camino, ciertamente ser mamá es “lo mejor que me ha pasado en la vida” (otro cliché).

Pero me “ha cambiado la vida para siempre”, lo que me gustaba hacer ya no me gusta, ya no lo disfruto.

La rutina que tenía, ya no la tengo, los amigos que tenía, se han alejado o incluso se han ido.

La maternidad me cambio para siempre, y hoy estoy en proceso de encontrarme nuevamente.

De saber que me gusta hoy, que me apasiona, que quiero hacer el resto de mi vida, porque llevo 3 años solo queriendo ser mamá.

Se que no soy la única que ha pasado por esto, estoy segura que si llegaste hasta aquí algo te resonó, algo te llamo a leer mi historia.

Si lo necesitas me encantaría que me compartieras tu experiencia, que me contaras cómo has encontrado ese balance entre tu yo y ser mamá.

Compárteme y sígueme en instagram @nantli_ludi y facebook

Para ver todas las historias de otras mamás no olvides visitar experiencias de mamás.

Compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *