En este Post te platico cómo disfrutar lo sencillo y simple de la vida.
A lo largo de mi adolescencia, y parte de mi vida adulta, siempre había leído o escuchado la siguiente frase.
“Disfruta cada día de tu vida, como si fuera el último de tu vida”.
La realidad es que me costaba mucho entenderla, algo que realmente sabía es que la vida se puede ir en un parpadeo.
Lo que me costó mucho comprender por muchísimos años fue lo primero de la frase, “disfrutar cada día de tu vida”.
Ya que, no lograba disfrutar cada momento de mis días.
Y al pasar por un período de depresión e intentar encontrar lo bonito de cada día era simplemente imposible.
Te cuento esto porque se que esa frase es muy sonada, pero a pesar de que la vemos o la escuchamos a menudo.
A veces es imposible comprenderla del todo.
Recuerdo que simplemente no podía ni sabía como disfrutar los placeres sencillos de la vida, por más que intentará no lo lograba.
A menudo me encontraba de vacaciones o en pequeñas excursiones sin disfrutar el momento.
Era más mi preocupación por tener un outfit acorde con el lugar, que poder disfrutar lo que estaba viviendo.
Y un día me encontré con una pregunta que espero que a ti también te haga reflexionar.
¿Cómo podrás disfrutar lo extravagante y las riquezas de la vida, si no sabes como disfrutar lo más sencillo de la vida?
Te platico una anécdota
Para que me entiendas mejor, en un viaje que hice por Europa con mi mamá, apenas disfrute lo que estaba viviendo.
Era la primera vez que había viajado a Europa, no es como si hubiera tenido la oportunidad de viajar a menudo.
A pesar de que era mi primera vez en Europa, mis preocupaciones, mi estrés, ansiedad, y demás, lograron arruinar lo que debió ser un viaje de ensueño.
Espero que ahora entiendas ¿Cómo iba a disfrutar un viaje por Europa, cuando cada día de mi vida lo había pasado sin darme cuenta de lo sencillo y precioso que me daba la vida?
Aprender a disfrutar cada día cuesta y cuesta mucho, pero si logras hacerlo date cuenta lo diferente que sería.
Damos por echo lo que tenemos, damos por echo cada día que pasa, sin darnos cuenta que cada día es un regalo.
Nos perdemos en intentar conseguir más objetos, conseguir algo más de lo que ya tenemos, pensando que si lo conseguimos ahora si seremos felices.
Buscamos la mejor ropa, el mejor carro, la mejor casa, nos volvemos unos acumuladores de objetos.
Sin darnos cuenta que cada vez suben más nuestras expectativas.
Y por ende nunca somos felices.
Preferimos intercambiar un viaje de compras, por un viaje al parque con nuestros familiares, con nuestro hijo, con nuestros padres.
Para mi fue revelador y doloroso darme cuenta que estaba viviendo la vida completamente por el camino equivocado.
Deseando lo que alguien más tenía, sintiéndome inferior por lo que yo poseía, y lo más importante buscando la felicidad en donde no debía.
Encontrar que la felicidad no tiene nada que ver con la cantidad de nuestros ingresos y la cantidad de cosas que compramos.
Y si tiene que ver con las consecuencias de nuestros actos y con nuestra contribución para hacer un mundo mejor.
Fue revelador y doloroso pero también sentí alegría por darme cuenta a tiempo.
Y por eso con mucho amor y con lagrimas en los ojos escribí este post para ustedes.
Esperando que esta lectura pueda aportar mucho en sus vidas.
Que emoción que existíamos más personas que aprendamos a disfrutar lo sencillo de la vida, como un atardecer después de un día pesado en el trabajo.
Recuerda
- Recibe cada día como un regalo.
- Haz actos que involucren en contribuir para mejorar el mundo.
- Vive cada día como si fuera el último.
- Aprende a gozar lo sencillo de la vida.
En el siguiente Post te cuento que me ha ayudado para disfrutar cada momento.
