En este post no les voy a platicar de los beneficios de la lactancia, ni tampoco les daré consejos sobre como acomodarte a tu bebé, o tener más leche, te hablare sobre como la lactancia materna se esta convirtiendo en una presión social.
Para mi la lactancia materna es un tema del que no hablo simplemente porque fue lo que llevó a Elián estar hospitalizado.
Hoy en día hay mucho más información sobre la lactancia, cursos, hay asesoras de lactancia que te acompañan durante este proceso y hay mamás prolactancia.
Entonces me preguntarán bueno ¿si hay toda esa información porque tuviste una lactancia fallida?
En realidad la lactancia no es tan fácil como se ve.
Muchas que ya han pasado por eso lo saben perfectamente, y mi lactancia fue complicada desde el inicio.
- Mi primer dificultad fue haber pasado por una Cesárea, debido a que Elian venía de pompis.
- Las asesoras de lactancia te aconsejan que los primeros minutos después de que nace tu bebé te lo pegues, simplemente YO NO PUDE.
Me separaron de Elián por casi tres horas, mientras yo estaba en una sala de recuperación Elián se encontraba en los cuneros.
Así que cuando por fin estuve con él intente pegármelo pero estaba tan adormilado que no quiso succionar.
Nunca sabré si en los cuneros le dieron biberón, a pesar de que yo di la orden de que no le dieran de comer.
Las asesoras de lactancia también te dicen que NO ofrezcas un biberón porque si no será más complicada la lactancia materna.
Así que yo me enfoque en todos esos días a no darle fórmula.
¿Cómo es que la lactancia materna puede llevar a mi hijo a estar internado?
En realidad la lactancia no es la que causo que Elián estuviera internado.
Fue la falta de leche lo que lo deshidrato e hizo que se le subieran los niveles de bilirrubina.
Y tuviera que pasar cuatro días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.
Antes de que naciera Elián según yo estaba informada de todo lo que tenía que ver con la lactancia.
Las asesoras de lactancia nos platicaron a un grupo de mamás y a mi, sobre todo lo de la lactancia.
Entre ello nos dijeron que el estómago de los recién nacidos es del tamaño de una canica aproximadamente.
Por lo que, a ellas les parecía una locura que a los recién nacidos en los hospitales se les ofreciera un biberón de cuatro onzas.
Locura porque según ellas, los bebés al tener un estomago tan pequeño y al beber tanta leche, lo único que les causaba era reflujo.
Si lo vez desde esa perspectiva parece real, a muchos bebés “se les viene la leche”, porque toman más de lo que les cabe en su pequeño estomago.
¿Cómo se si mi bebé estaba tomando suficiente leche al amamantarlo?
La duda de todas las mamás que están amamantando a sus bebés o van a amantar a sus bebés, es saber si sus bebés se quedan llenos al darles pecho.
Ya que en realidad no vemos cuanto toman y sobretodo los primeros días no sabemos si lo que nos sale de leche es suficiente.
Por lo que la respuesta de las asesoras fue: aliméntalo a libre demanda.
Cada que quiera pégatelo, si los primeros días no te sale mucha leche recuerda que tu bebé requiere de sólo unas cuantas gotitas para llenarse.
“Conforme pasan los días el tamaño del estomago de tu bebé va ir creciendo, al tercer día será aproximadamente del tamaño de una nuez, por lo que requerirá una onza de leche, y ya al mes es cuando será del tamaño de un huevo y requerirá ahora si de cuatro onzas”.
Es lo que te dicen las asesoras de lactancia y lo he visto en mucha información
Los primeros días me di masajes en mis pechos y me cercioré que si me saliera leche, yo misma al estimularme note que me salía poquita no fue como si no tuviera nada.
Pero lo que me invadió de mil dudas, fue que a los dos días al pegarme a Elián, comenzó a desesperarse.
Era como una lucha entre mi pecho y él, yo intuí que era porque no tenía suficiente leche y por eso su desesperación.
Le pregunte a la asesora de lactancia y me dijo que era normal, que me lo pegara más tiempo, que mantuviera la calma.
Y al preguntarle sobre si mejor le daba fórmula, me dijo “no te preocupes al cabo de unos días veras que ya será más fácil para él y para ti”.
Al inicio estuve firme en no darle el biberón, incluso tuve problemas con mi mamá y Alex, pero al ver su desesperación, yo misma dije “ya hay que darle el biberón”, pero fue entonces cuando Alex dijo “no ya hay que aguantar, debe de succionar” creyendo en lo que yo le dije de los cursos de lactancia que había tomado.
Resulta que mi mamá siempre me dijo “yo me acuerdo que cuando nació tu hermano el se tomaba un biberón de cuatro onzas”.
Por lo que, claro nunca se creyó lo del estómago del tamaño de una canica, y yo misma ahorita no me lo creo del todo.
No culpo a nadie de lo que sucedió, fue horrible estar con Elián internado, todo eso nos llevó a que “según tuviera complicaciones” (luego les platicaré sobre esa historia difícil) y que uno o dos días que estaría internado se convirtieran en cuatro.
Pienso que aún hay desinformación sobre la lactancia materna.
En ningún sitio ni las mismas asesoras de lactancia te comentan que tengas precaución los primeros días, ya que si tu bebé no toma suficiente leche se puede deshidratar y terminar internado.
También aún hay mujeres que critican a aquellas que no pudimos dar lactancia, e igual hay personas que critican a aquellas que deciden seguir amamantando cuando sus hijos ya tienen dos años.
Si sientes culpa porque no pudiste darle todos los beneficios de la lactancia materna a tu hijo o hijos, te pido que no la sientas.
Yo las primeras semanas me sentí muy mal como mamá, después de estar internado Elián ya no quería saber nada de la lactancia.
Intente pegármelo aunque ya se le daba su biberón con fórmula, pero al hacerlo Elián lloraba como desesperado, por lo que ya no quería que pasara por ese sufrimiento otra vez.
Igualmente intente extraerme leche, pero con el agotamiento y frustración la verdad es que intente muy poco.
Al final me di por vencida por la culpa que sentía de que mi hijo estuvo internado por mis decisiones y decidí ya no intentar.
Poco a poco la culpa y la pena al decir que no amamantaba a mi hijo desapareció.
Con esto les puedo decir hagan lo que mejor se acomode a sus vidas.
Si la lactancia se les hace muy complicada, si están sufriendo ambos con la lactancia, y si cada que te pide leche odias que lo haga porque te duele, porque tus pezones están agrietados y lloras por el dolor y eso te pone de malas, es mejor dar un biberón de buenas que dar pecho de malas.
